Hay momentos inolvidables
que quedan sellados en nuestros corazones.
Se comparten sentimientos en común, 
emociones fuertes y la pasión del Scoutismo
como nuestra forma de vida.
De lo desconocido a la conexión
dejamos de ser extraños 
para convertirnos en hermanos de corazón
Olvidando las diferencias y desacuerdos.
Al principio invadidos por la timidez o la vergüenza
reprimiendo el deseo de indagar más allá de unos rostros.
En el espacio se cruzaron las energías
y pasamos a ser uno.
Con la música como testigo
y cómplice de este viaje
viajamos a otra dimensión
tan solo la guitarra, sus notas, las voces y el tiempo
que fue un simple espectador.
Pero sin darnos cuenta
volvió a aparecer 
pero esta vez, como el protagonista.
Lo bueno dura poco 
y no hubo otra opción que llegar al final
de este viaje inolvidable
con sus anécdotas, travesías y miles de recuerdos intactos
que nunca se olvidarán.
Con el final llegaron las lágrimas
reflejos de nuestro interior
mezcla de alegría, orgullo y dolor
la despedida se adueño de nuestro ser.
El breve silencio del después
y las imágenes inalcanzables
se proyectaron a lo largo del camino.
Sólo queda esperar el preciado encuentro
y el saber que no todo termina, 
mientras haya una unión verdadera

Mary
5/8/08